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Historias de nuestro pueblo y región,Ceih Humboldt: La Tapera de Doña Rosa Maciel o Maziel

HISTORIAS DE NUESTRO PUEBLO Y REGION
La Tapera de Doña Rosa Maciel o Maziel
La historia que nos ocupa en esta oportunidad, tiene como fuente la investigación realizada por Hugo M. Zingerlíng, sobre la llamada “Tapera de Doña Rosa Maciel o Maziel”, y extraída de su página web. Además es necesario destacar que uno de los protagonistas de esta investigación y visita al lugar fue Don Gerardo Goddio, a quien le debemos mucho del conocimiento de la historia de nuestro pueblo y quienes lo conocimos podemos dar fe de su pasión por ella. Que esta pequeña historia sirva como un merecido homenaje.
El punto central de este relato está ubicado en la jurisdicción de Colonia Rivadavia, casi rozándose al sur con el distrito de Cavour, precisamente en los campos que pertenecían a la Sucesión de Antonio Pirola y frente a la concesión Nº 162 de Colonia Cavour.
En estos campos se encontraba hasta no hace muchos años cerca de “unos ombúes y en una loma bastante pronunciada” una edificación “ con techos de tejas y a dos aguas” de características similares a la Casa de los Diez de Andino, actual Museo Histórico, frente a la Casa de Gobierno de la Ciudad de Santa Fe, conocida como la tapera de Doña Rosa Maciel o Maziel”, según los datos históricos están escritos de ambas formas. Si bien no fue posible establecer el año preciso de la obra, por sus características generales puede decirse que perteneció al siglo XVIII o principios del XIX.
En el momento de la visita al lugar, precisamente el 10 de Junio de 1991, contaba con tres habitaciones, sin poder determinar las modificaciones o no que había recibido, de paredes de ladrillos anchos y de gran tamaño, pegados con barro y revocadas con el mismo material. El piso era apisonado y recubierto con ladrillos de iguales características pero de menor espesor. El techo cubierto con tejas de tipo español, llamadas musleras, con horcones que ayudan a sostenerlo de madera de algarrobo.
Lamentablemente hoy ya no está, si bien existieron personas que se preocuparon y mejor dicho se ocuparon para su conservación. Existen en el museo local tejas que pertenecieron a la misma.
Pero por qué tiene valor histórico la conocida tapera y las tierras del lugar?
Los datos más antiguos de dicha estancia corresponden a 1762, perteneciendo en ese año a“Don Juaquín Maciel” y en 1800 como propiedad de su hija Doña Rosa Maciel quién se casó con el Capitán Juan Francisco de Echagüe, es por eso que también se la llamó fortín de Echagüe.
Precisamente en el año 1835 por la ley de premios, el estado provincial decide regalar, al Brigadier Estanislao López por sus servicios prestados a la provincia, tierras a “ su elección” y éste elige los terrenos mencionados de los herederos ahora de Doña Rosa y los contiguos de propiedad de los herederos de Agustín de Iriondo, conformando una superficie de tres leguas de frente por cuatro de fondo.
Desde 1835 hasta 1856, permaneció en manos del brigadier y desde su muerte en manos de sus herederos quienes en 1856 vendieron una fracción para instalar la futura Colonia Esperanza y el resto en 1861 a Estevan Señorans y Cía y pocos meses después se venden a Miguel Otero, “antiguo soldado de la independencia y del Gral San Martín”. Parte de estas tierras fueron compradas por José Lambruschini, que por desavenencias con Otero le son retiradas rompiendo el contrato de venta y posteriormente son adquiridas por Guillermo Lehmann quién realiza la ventas de lotes para la futura población de Cavour. Fallecido Otero en 1874 lo que quedaba de sus tierras fueron a remate público comprando gran parte Santiago Denner y Mauricio Franck y en menor cantidad Christian Clauss, quienes fraccionaron y vendieron a colonos dando origen así a Colonia Rivadavia.
También fueron importantes para la formación de Humboldt ya que Gastón Gori en su libro Estudio Histórico y Social de la Colonia Humboldt dice que para completar las tierras destinadas a la colonización de esta zona (ya que faltaban 12 leguas) se denuncian tierras fiscales ( y son las que sirvieron para la fundación de Humboldt) ubicados entre los terrenos de Foster, denominados Las Palomas y los Siete árboles y los de López o Tapera de Rosa Maciel….
Cómo se puede percibir, estas tierras han sido de gran valor histórico no sólo por sus titulares sino para la formación de nuestras colonias vecinas Rivadavia, Cavour y Humboldt.
Pero existe otro dato que valora aún más esta edificación según al autor de la nota, por la estancia de Maciel, pasaba el camino al Perú.
¿Pero qué era el camino al Perú? América se afirmaba como una impresionante fuente de riquezas para España, era necesario asegurar una entrada al Río de la Plata para facilitar las comunicaciones con Asunción y Perú y que estuvieran conectadas con una ciudad puerto en el Atlántico por donde salieran los valiosos productos americanos.
Fue así que en épocas del Virreinato del Río de la Plata existía el Camino Real al Alto Perú que partiendo desde la actual Santa Fe unía Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y de allí a Potosí. Por el transitaban en el siglo XVIII, carretas, mulas y yeguas paras las minas potosinas, como así chasquis o mensajeros.
Ante un territorio tan vasto y despoblado como lo era en ese momento nuestro país, este camino y los demás que fueron apareciendo, tenían algunas características particulares: seguían distintos accidentes geográficos que los hacían caprichosos, ante la presencia de algún río se trataba de que los pasos sean los menores posibles, se buscaban aguadas permanentes, presencia de árboles, de existir estancias o parajes existentes se pasaban por ellos por protección o descanso y si no las edificaciones posteriores aparecían a la vera de este.
En el trayecto que nos ocupa el camino al Perú “ salía de Santa Fe actual, se cruzaba el río Salado, existiendo tres pasos importantes, el de Catalán, el de Simón o Ziburu y el de Mihura.
Una vez sorteada este accidente geográfico el camino seguía al oeste topándose primero con “Los Chañares”, luego pasaba por el lugar donde aún hoy se lo conoce como Plaza de las Carretas de Esperanza. Muy cerca de allí estaba el puesto de la Estancia de Agustín de Iriondo, luego Fortín Iriondo.
Siguiendo siempre en dirección Nor-oeste, el camino pasaba por la tapera de Rosa Maciel que servía como paraje al viajero y donde los caballos bebían aguas de una laguna cercana y continuaba con dirección más Oeste, hasta pasar por el Arroyo Prusianas. Inmediatamente a este arroyo, había un fortín Prusianas y con dirección más oeste llegaba hasta los Corrales o fortín Corrales. Desde allí se unía al fortín Ramírez, y de ahí en otra jornada hasta los Sunchales y seguían en el camino el fortín Tacurales, el fortín Morteros y Porongos (estos dos últimos ya en la pcia. de Córdoba) y de allí a Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy para llegar luego al Perú.
Importantes son las razones para reconocer el valor histórico de toda esa zona y por supuesto de la edificación y descubrir que muy próximo a nuestra localidad pasaba el camino más importante del Virreinato del Río de la Plata, allá en los albores de nuestro país
Extraído de “LEER” Nro. 24 y 25- Magazine de la Biblioteca Popular Beck-Herzog.
Fotografías: Zingerling , Hugo M. APUNTES PARA NUESTRA HISTORIA REGIONAL .LA TAPERA DE DOÑA ROSA MAZIEL.