ANOREXIA EN VARONES Atentos a los síntomas
ANOREXIA EN VARONES
Por mucho tiempo se creyó erróneamente que los trastornos alimenticios eran exclusivos de la mujer. Aunque el sexo femenino es más vulnerable a este tipo de patologías, tanto hombres como mujeres están expuestos a padecerlos. La edad de mayor riesgo es de los 12 a los 25 años.
Ha existido una escasa difusión de estos trastornos en la población masculina, no obstante, cada vez son más los varones jóvenes afectados por desórdenes alimentarios. Los trastornos alimentarios tienen que ver con muchos factores, siendo los más importantes: la imagen, la moda, la autoestima, el inicio de una dieta, la presión familiar, entre otros. Los medios de comunicación y la sociedad en general resaltan los estereotipos de hombres apuestos, delgados, poseedores de un gran físico, imponiendo así, estrictos parámetros de belleza que rinden culto a la delgadez.
Actualmente, entre el 10 y el 15% de los hombres padecen trastornos alimentarios, un porcentaje que se ha incrementado notablemente en los últimos diez años, aunque la patología se da más en las mujeres. No obstante muchos de estos casos no están diagnosticados.
Los trastornos alimenticios se desencadenan por la frustración de los jóvenes cuando su propia imagen no corresponde a la imagen impuesta. Por esta razón, trastornos como la bulimia, la anorexia y la denominada vigorexia, están ganando terrero entre la población masculina. Esta última afección consiste en comer compulsivamente para subir de peso y luego pasar innumerables horas en el gimnasio con el objetivo de aumentar la masa muscular, para no aparentar ser débiles.
En la anorexia restrictiva (en la que solo se evita la alimentación) y tal como sucede con las mujeres, prevalece un patrón obsesivo y perfeccionista. La regla tiene que pesar mucho más que el objetivo para negar el hambre.
Entre las características de personalidad que pueden hacer a una persona más vulnerable a la anorexia restrictiva se encuentran la baja auto-aceptación, el perfeccionismo, la tendencia a obsesionarse, el aislamiento social, el conformismo, exceso de autocontrol expresado a través de alta auto-disciplina y control de las emociones, y una alta auto-trascendencia (es decir, personas espirituales, desinteresadas de sí mismas, poco pretenciosas, pacientes y no egoístas). Los pacientes bulímicos presentan mayor facilidad para relacionarse y mayor apertura a nuevas experiencias. En ellos, más que el perfeccionismo, predomina la baja tolerancia a la frustración, de modo que las frustraciones de la vida son percibidas como insoportables.
La anorexia purgativa admite más variedad de conductas y está relacionada, al igual que la bulimia, con el trastorno bipolar. Entonces es importante consignar que el trastorno bipolar es altamente frecuente en la patología alimentaria. Es fundamental tener en cuenta a la familia de los pacientes del espectro bipolar, con respecto a la oscilación de las emociones y otras patologías conexas como el alcoholismo, la drogodependencia, el tabaquismo, las compras compulsivas, la ludopatía. Todas estas variaciones del ánimo tienen que ver con el espectro bipolar y casi siempre están presentes en la anorexia purgativa y la bulimia.
Es frecuente que los hombres que padecen anorexia sufran esta patología en combinación con otras adicciones como el alcohol, o la drogodependencia, y puede adoptar formas específicas como la vigorexia. Estos chicos se perciben flacos en vez de gordos, y practican en exceso gimnasia con aparatos para tener muchos músculos, y la mayoría de ellos incorpora anabólicos. Detrás de este trastorno, cuando ya alcanzaron su objetivo de ostentar un físico musculoso y corpulento al estilo Schwarzenegger, tienen una incapacidad para comunicarse y suelen mostrarse con anteojos oscuros porque sienten vergüenza de estar en la calle en esas condiciones. Es decir, muestran la misma fragilidad en la comunicación social.
Atentos a los síntomas
Antes de empezar la anorexia, el chico corta sus vínculos sociales. Generalmente se inclina por el estudio y busca desesperadamente la aprobación de los demás. Entonces hace los trabajos veinte veces hasta que estén perfectos. Es perfeccionista, autoexigente, obsesivo y cuando está por manifestar su patología se encierra más en sí mismo.
Esos vínculos que quita de la interacción los empieza a ubicar en su cuerpo: se mira, se pesa, se vuelve a mirar en el espejo. Está como interrogándose. Aunque todavía no haya empezado una dieta, comienza la obsesión por el cuerpo. Y va dejando algún alimento, se vuelve menos sociable, está más ensimismado. Este es el principio. Y es el momento de estar atentos porque los trastornos alimentarios son enfermedades muy graves. El primer paso hacia la recuperación es la comprensión de la condición y la búsqueda de ayuda profesional. Sólo con un buen tratamiento integral se puede lograr la recuperación.