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Los Demócratas Progresistas y el mensaje presidencial Entre la lamentable realidad y la necesaria esperanza

 

“Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que no estamos bien, aunque nos duela”, dijo el presidente Mauricio Macri, en el discurso inaugural de las sesiones ordinarias de 2016.

Ana Copes, diputada nacional del Partido Demócrata Progresista, consideró oportuno y necesario el balance realizado respecto de la gestión saliente.

“La fotografía del país que nos dejan 12 años de administración kirchnerista, es preocupante -aseveró. Según el Observatorio de la deuda social argentina de la Universidad Católica, el 29% de la población es pobre, el 6% es indigente, el 42% carece de cloacas, el 13% no tiene acceso a redes de agua potable y el 40% no posee servicio de gas natural.”

“Durante los años 2006 a 2015, el gobierno percibió 694.000 millones de dólares más que los recaudados en toda la década del noventa. Indudablemente, los recursos no llegaron a quienes más los necesitaban. Es difícil entender, con tan extraordinaria capacidad de ingresos, que existan 930 obras públicas paralizadas, entre ellas la autovía de la Ruta 34, la autovía de la Ruta 33, que tantas vidas han cobrado.”

“Tal vez otros datos, aportados por prestigiosos organismos internacionales, nos ayuden a entender por qué siendo que el gobierno ejerció la mayor presión tributaria de la historia y concentró recursos de las provincias de manera unitaria y centralista, no mejoró la calidad de vida de los sectores de menores recursos. Según el “Índice de competitividad global del Foro Económico Mundial”, la República Argentina ocupa el puesto 106 entre 142 países; por su parte, en el ranking de Corrupción que elabora la ONG “Transparencia Internacional”, Argentina aparece en el lugar 107 entre 168 países y, dicho por la “Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito”, es la 3era proveedora de Cocaína del Mundo.”

Para Ana Copes, “a la lamentable realidad que nos deja el fin de ciclo kirchnerista, hay que agregar más de diez años de inflación del 20 % anual de promedio, que significó un total acumulado del 700%. La inflación tiene su origen en el desorden administrativo, financiero y económico de un gobierno que gastó más de lo que debía y por sobre lo autorizado por el Congreso; y que emitió moneda irresponsablemente para paliar el déficit fiscal que llegó, en el año 2015, al 7% del PBI, triste record histórico de la República Argentina.”

“La inflación es la consecuencia de la mala administración del gobierno y también de intencionadas políticas que buscaron disimular el estancamiento económico de la Argentina, que no creció en los últimos cuatro años. A la demanda de empleo se la satisfizo con empleo público, muchas veces innecesario, sobreabundante, sin la debida preparación o capacitación para el cargo. Como dijo el presidente Macri, ‘nos mintieron camuflando el desempleo con los empleados públicos’. Las cifras son contundentes: desde el año 2003 hasta el año 2015 se incrementó la planta permanente de empleados públicos en un 64%, es decir, pasamos de tener 2.200.000 empleados a 3.600.000, sin que ello haya significado mayor prestación y mejora en la calidad de los servicios”.

“La inflación, aclara la legisladora del PDP, además de ser una expoliación al salario, especialmente de quienes menos tienen, es funcional a las malas administraciones, que disimulan sus desprolijidades, al amparo de números que no se pueden cotejar; y también favorece a la corrupción, porque dificulta un correcto control. La inflación destruye la conciencia del esfuerzo y el sentido del ahorro y, con ello, la posibilidad de brindar créditos a largo plazo y a tasas de interés convenientes a quienes demandan viviendas, bienes de uso o capital de trabajo para poder producir.”

“En estos primeros dos meses y medio de gestión, vemos algunos esfuerzos dirigidos a normalizar el país. El aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, lejos de ser una solución definitiva, se constituye en un oportuno paliativo para más del 75% de los asalariados, que se verán beneficiados en sus ingresos, en un porcentaje que va desde el 9% hasta el 22%. El esfuerzo fiscal en el período 2016, por desgravación de los salarios será de 50.000 millones de pesos, es decir, el Estado transferirá esta importante cifra al bolsillo de los trabajadores. Ahora es tarea de nosotros, los legisladores, corregir lo antes posible las distorsionada escala salarial, para reestablecer la progresividad del impuesto, o sea, gravar con menores alícuotas a quienes menos ganan.”

“Las asignaciones familiares aumentaron en cantidad y calidad; así, se han incrementado en 1.200.000 los beneficiarios y 1.600.000 pasarán a cobrar el máximo. Compartimos que la educación es central en el programa de desarrollo social y apoyaremos la implementación del ciclo inicial a partir de los tres años, además de la creación del Instituto de Evaluación de la Calidad y Equidad Educativa, en la medida que signifique un instrumento para elevar los niveles de enseñanza.”

“La devolución del IVA aplicada a los productos de la canasta básica familiar, que anunció el presidente Macri, es un viejo anhelo demócrata progresista”, enfatizó por último la legisladora.

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